Nuestra Señora de Guadalupe (12 de Diciembre)

Es por todos bien sabida la historia de la aparición de la Virgen al indígena Juan Diego, convirtiéndose el culto guadalupano en una de las creencias más arraigadas históricamente en México, en su Independencia, Reforma, e incluso Revolución, hasta nuestro siglo. Actualmente no es difícil encontrar la representación de la imagen mariana en muchos rincones del mundo. Incluso en las paredes de cualquier restaurante mexicano.

Juan Diego fue bautizado por los primeros franciscanos misioneros que llegaron a aquellas tierras. Estos y los agustinos que ya estaban asentados en la zona, consideraban a Juan Diego como un hombre piadoso que se esforzaba cada semana, recorriendo una ruta pesada para asistir a misa y a la catequesis.

Cuando se construyó la pequeña capilla (hoy la Basílica de Guadalupe) en el lugar donde se apareció la Virgen, tal y como le había pedido, Juan Diego dejó su casa, tierra, familia, y todas sus posesiones para vivir en una humilde choza junto al templo, pues su principal preocupación era limpiar la capilla y acoger a los peregrinos que comenzaban a llegar a visitar el oratorio que se había erigido. Juan Diego murió con fama de santo en 1548 pero su canonización no se produjo hasta el año 2002 por Juan Pablo II.